lunes, 18 de febrero de 2013

Capítulo 2. Vecinos.

Después de ese día todo transcurrió normal, mis tíos se enteraron de todo y estaban de acuerdo ya que cada uno tenía un negocio y no querían descuidarlo. Después de pasado una semana en Alemania decidimos que nos quedaríamos a vivir en la casa del abuelo, si, aún no acostumbro a decir MI casa. Un lunes en la tarde decidí salir a despejarme de todo esto que pasó repentinamente. Salí de la mansión y me dirigía a la plaza pero iba tan distraída que choqué con alguien.


-¡Auch!- Se quejó aquella persona.

Capítulo 2



-Auch- Se quejó aquella persona.
-Lo siento- Dije sin mirarlo.
-No importa, para la próxima procura mirar mientras caminas- Me dijo algo amable.
-Lo tendré en cuenta- Dije mirándolo y quedé sorprendida, era un chico bien simpático. Luego pensé “Qué demonios estoy pensando” –Bueno adiós- 
-Un momento, ¿tú eres la chica que vive en la mansión? – Me dijo algo sorprendido
-Si- Dije algo sin importancia. – ¿Pasa algo con la mansión? ¿Algún fantasma?-      
 -No- Dijo riendo. - Solo que yo vivo al frente-
-Ah entonces somos vecinos- Dije normal.
-Soy Bill- Dijo amablemente presentándose.
-(Tn)- Dije amablemente también. –Nos vemos luego- Dije para seguir con mi camino hacia la plaza, pero siento que alguien toma mi brazo.
-¡Espera!- Dijo él y luego lo miré para que soltara mi brazo y lo hizo.-Disculpa, pero mi hermano y yo haremos una fiesta el sábado y pues quería saber si… - Se quedó algo callado y luego dijo – si… si vendrías – Dijo muy tímido.
-¿Una fiesta? – Él asintió –Es que no sé si quiera ir a una fiesta- Si, las fiestas me hacían recordar a  Nathan. Fue en una fiesta donde lo conocí.

- Oh está bien- Dijo algo resignado. –Será para…-
-Aunque quizás podría ir con mi hermano- Lo interrumpí, me daba pena como se resignaba a mi respuesta.
-Genial- Dijo él con una inmensa alegría, raro.- La fiesta es en mi casa, la que está al frente de la tuya a las 8 - Asentí.

Luego nos despedimos con un beso en la mejilla, casi en la comisura de mis labios pero yo giré mi rostro, no sé qué pasa con este chico pero no dije nada, creo que estaba un poco avergonzado. Ya cuando siguió su rombo yo me dirigí a la plaza, vi una tienda de helados y compre uno. Luego me dirigí a un parque cercano de ahí, me senté en una banca que había allí y  recuerdos vinieron a mi mente.

Por otro lado Bill

¡Genial! Me encontré con la chica que se mudó a la mansión del frente, la había visto cuando llegó, yo estaba mirando por la ventana a la nada y en eso veo una camioneta de la cual descienden ellos, los nuevos vecinos, aquella chica que iba con ellos llamó mi atención inmediatamente, era tan linda, tan… perfecta. Cuando regresaba de la plaza choqué con alguien luego la miré y ¡Era ella! Luego la invité a la fiesta que “haríamos” mi hermano y yo.

-Tom, tenemos que organizar una fiesta para el sábado- Le dije a mi hermano mayor entrando a su habitación inesperadamente.
-¡Claro hermano! Espera un momento… ¿Desde cuándo te gustan las fiestas?- Dijo mi hermano interrogándome
-Es que hice una tontería – Le conté lo que pasó. – ¿Me ayudarás?- Lo mire suplicando.
-Está bien, solo porque me gusta hacer fiestas- Ay mi hermano… cuándo cambiará.

Mientras con (Tn)

Tanto tiempo había pasado desde que salí de casa, ya eran las 8 de la noche así que caminé de regreso a casa, en la reja de la mansión se encontraba mi hermano.

-¿Dónde te habías metido?-Dijo algo preocupado.
-No te preocupes Leo, solo fui a la plaza- Le dije algo serena.-Leo, ¿Quieres ir a una fiesta el sábado?-
-¿Fiesta? ¿Quién te invitó?- Dijo intrigado
-Los vecinos del frente- Le dije algo normal.- ¿Irás conmigo? – Le pregunté.
-¿Tú quieres ir? Mira que las fiestas te hacen recordar a él- Me dijo.
-Solo será una fiesta, además debo superarlo – Dije algo insegura.
-Te acompañaré enana- me dijo dándome un abrazo.
-Hey! No soy ninguna enana, enano – Le dije molestándolo.
-Bueno ya- Dijo separándose-Hay que entrar porque mamá y papá están preocupados también.
-¡Y recién me lo dices enano!, ya hubiera entrado hace uff…- Dije mirándolo algo serie y luego caminando hacia la mansión.
-Estas son horas de llegar jovencita- Dijo mi padre, tan joven y tan renegón.-Ni siquiera sabíamos que habías salido-
-Solo salí a la plaza- Dije serena, la verdad no me gustaba discutir y menos con mis padres.
-Debiste avisarnos- Dijo mamá también serena.
-Sí, no volverá a pasar- Dije mirándolos
-Eso espero- Dijo papá algo más sereno.
-Por cierto, los vecinos del frente harán una fiesta el sábado y pues Leo y yo iremos- Algo decía que mi padre se negaría, era algo celoso conmigo “la niña de sus ojos”.
-Por mi está bien, necesitas despejar tu mente- Dijo mi madre y luego miró a mi padre. – ¿Y tú que dices, amor?-
-No creo que sea…- Mi mami lo miró amenazadoramente.- Esta bien, pueden ir- Dijo resignado mi padre.
-Mamá, ¿Qué haces para que papá no te contradiga?- Dijo Leo.
-Simple. Soy una bruja y lo he hechizado- Dijo burlándose de Leo.
-Con esos lindos ojos-Dijo papá para luego besarla, ugh… Debía irme de ahí ¡ya!
 -Leo vámonos, y gracias por el permiso- Dije rápido, jale a Leo y subimos rápidamente hacia mi habitación.

-Hey! Por qué estamos aquí- Pregunto mi hermano para luego darse cuenta – ¡Ah! Por el beso ¿Verdad?-
-Es más que obvio tonto- Le dije molestándolo –Sabes que no me gusta que compartan saliva delante de los pobres- Y eso basto para que me pusiera triste, ¡Genial! Volví a recordarlo. ¿Tanto me costaba olvidar a Nathan? Mi hermano se dio cuenta de mi tristeza.

-Otra vez ¿Verdad?- Dijo Leo y yo solo asentí para que luego me diera un abrazo y yo me pusiera sentimental hasta que salió una lágrima y luego otra y otra.

Lloré en silencio, no quería que mis padres escucharan mi llanto, no quería preocuparlos. Después de un tiempo Leo me acomodo en la cama aun abrazándome. ÉL siempre será mi  protector. Yo me quedé dormida mientras el salió silenciosamente hacia su habitación.

Al día siguiente:

Como de costumbre me levanté y me dirigí al baño a darme una ducha, luego de 30 minutos salí y me puse algo cómodo, no quería salir a ningún lado. Bajé hacia la cocina y ahí se encontraba la servidumbre y mi mamá.

-Buenos días- Dije en voz alta para que todos me escucharan.
-Buenos días hija- Dijo mi mamá con una sonrisa y luego la cocinera junto a su hija. Por cierto sus nombres eran Esmeralda y Sophia respectivamente.
-Buenos días- Escuche a mi papá entrando a la cocina para luego acercarse a mi mamá y besarse.
-Buenos días mi amor- Le dijo ella, ¡Ag! Esto está muy meloso.

Ya más tarde decidí meterme a la piscina, Leo había salido y cuando le dije a dónde iba se puso nervioso, mucho diría yo y sabía perfectamente que se trataba de una chica, ojalá  no le haga lo mismo que me hizo Nathan porque si no lo mató. 

Estaba al borde de la piscina con los pies en el agua pensando sobre qué iba hacer con todo esto de la empresa. Ni bien cumpla dieciocho tendré que hacerme cargo pero no puedo sola. Había llevado un curso sobre administración de empresas en el colegio, pero no sé si podré manejarlo con solo eso. También me puse a pensar si me volveré a enamorar después de lo que paso hace 6 meses con Nathan, juré ese día que nunca abriría mi corazón para que así ya nadie pudiera lastimarlo, pero ahora pienso que algún día llegará por más que yo no quiera.

Salí de la piscina y fui a mi habitación, miré por una la ventana que daba hacía el patio trasero y la vista era muy hermosa, me enamoré del atardecer que presenciaba en ese momento, luego miré por la ventana que daba hacia la calle para ver si regresaba Leo ya que pasó 3 horas desde que salió pero vi a los vecinos salir de la mansión en donde vivían, allí estaba Bill junto a un chico que supuse que era su hermano, luego vi a Leo llegar pero cuando iba a entrar Bill estuvo hablando con él. OK, hablaremos de esto después.


Aquí el segundo capítulo, espero les guste y comenten mucho. Bye