Después de ese día todo transcurrió normal, mis tíos se enteraron de todo y estaban de acuerdo ya que cada uno tenía un negocio y no querían descuidarlo. Después de pasado una semana en Alemania decidimos que nos quedaríamos a vivir en la casa del abuelo, si, aún no acostumbro a decir MI casa. Un lunes en la tarde decidí salir a despejarme de todo esto que pasó repentinamente. Salí de la mansión y me dirigía a la plaza pero iba tan distraída que choqué con alguien.
-¡Auch!- Se quejó aquella persona.
Capítulo 2
-Auch- Se quejó
aquella persona.
-Lo siento- Dije
sin mirarlo.
-No importa,
para la próxima procura mirar mientras caminas- Me dijo algo amable.
-Lo tendré en
cuenta- Dije mirándolo y quedé sorprendida, era un chico bien simpático. Luego
pensé “Qué demonios estoy pensando” –Bueno adiós-
-Un momento, ¿tú
eres la chica que vive en la mansión? – Me dijo algo sorprendido
-Si- Dije algo
sin importancia. – ¿Pasa algo con la mansión? ¿Algún fantasma?-
-No- Dijo riendo. - Solo que yo vivo al
frente-
-Ah entonces
somos vecinos- Dije normal.
-Soy Bill- Dijo
amablemente presentándose.
-(Tn)- Dije
amablemente también. –Nos vemos luego- Dije para seguir con mi camino hacia la
plaza, pero siento que alguien toma mi brazo.
-¡Espera!- Dijo
él y luego lo miré para que soltara mi brazo y lo hizo.-Disculpa, pero mi
hermano y yo haremos una fiesta el sábado y pues quería saber si… - Se quedó
algo callado y luego dijo – si… si vendrías – Dijo muy tímido.
-¿Una fiesta? –
Él asintió –Es que no sé si quiera ir a una fiesta- Si, las fiestas me hacían
recordar a Nathan. Fue en una fiesta
donde lo conocí.
- Oh está bien-
Dijo algo resignado. –Será para…-
-Aunque quizás
podría ir con mi hermano- Lo interrumpí, me daba pena como se resignaba a mi
respuesta.
-Genial- Dijo él
con una inmensa alegría, raro.- La fiesta es en mi casa, la que está al frente de
la tuya a las 8 - Asentí.
Luego nos
despedimos con un beso en la mejilla, casi en la comisura de mis labios pero yo
giré mi rostro, no sé qué pasa con este chico pero no dije nada, creo que
estaba un poco avergonzado. Ya cuando siguió su rombo yo me dirigí a la plaza,
vi una tienda de helados y compre uno. Luego me dirigí a un parque cercano de
ahí, me senté en una banca que había allí y
recuerdos vinieron a mi mente.
Por otro lado
Bill
¡Genial! Me
encontré con la chica que se mudó a la mansión del frente, la había visto
cuando llegó, yo estaba mirando por la ventana a la nada y en eso veo una
camioneta de la cual descienden ellos, los nuevos vecinos, aquella chica que
iba con ellos llamó mi atención inmediatamente, era tan linda, tan… perfecta.
Cuando regresaba de la plaza choqué con alguien luego la miré y ¡Era ella!
Luego la invité a la fiesta que “haríamos” mi hermano y yo.
-Tom, tenemos
que organizar una fiesta para el sábado- Le dije a mi hermano mayor entrando a
su habitación inesperadamente.
-¡Claro hermano!
Espera un momento… ¿Desde cuándo te gustan las fiestas?- Dijo mi hermano
interrogándome
-Es que hice una
tontería – Le conté lo que pasó. – ¿Me ayudarás?- Lo mire suplicando.
-Está bien, solo
porque me gusta hacer fiestas- Ay mi hermano… cuándo cambiará.
Mientras con
(Tn)
Tanto tiempo
había pasado desde que salí de casa, ya eran las 8 de la noche así que caminé
de regreso a casa, en la reja de la mansión se encontraba mi hermano.
-¿Dónde te
habías metido?-Dijo algo preocupado.
-No te preocupes
Leo, solo fui a la plaza- Le dije algo serena.-Leo, ¿Quieres ir a una fiesta el
sábado?-
-¿Fiesta? ¿Quién
te invitó?- Dijo intrigado
-Los vecinos del
frente- Le dije algo normal.- ¿Irás conmigo? – Le pregunté.
-¿Tú quieres ir?
Mira que las fiestas te hacen recordar a él- Me dijo.
-Solo será una
fiesta, además debo superarlo – Dije algo insegura.
-Te acompañaré
enana- me dijo dándome un abrazo.
-Hey! No soy
ninguna enana, enano – Le dije molestándolo.
-Bueno ya- Dijo
separándose-Hay que entrar porque mamá y papá están preocupados también.
-¡Y recién me lo
dices enano!, ya hubiera entrado hace uff…- Dije mirándolo algo serie y luego
caminando hacia la mansión.
-Estas son horas
de llegar jovencita- Dijo mi padre, tan joven y tan renegón.-Ni siquiera
sabíamos que habías salido-
-Solo salí a la
plaza- Dije serena, la verdad no me gustaba discutir y menos con mis padres.
-Debiste
avisarnos- Dijo mamá también serena.
-Sí, no volverá
a pasar- Dije mirándolos
-Eso espero-
Dijo papá algo más sereno.
-Por cierto, los
vecinos del frente harán una fiesta el sábado y pues Leo y yo iremos- Algo
decía que mi padre se negaría, era algo celoso conmigo “la niña de sus ojos”.
-Por mi está
bien, necesitas despejar tu mente- Dijo mi madre y luego miró a mi padre. – ¿Y
tú que dices, amor?-
-No creo que
sea…- Mi mami lo miró amenazadoramente.- Esta bien, pueden ir- Dijo resignado
mi padre.
-Mamá, ¿Qué
haces para que papá no te contradiga?- Dijo Leo.
-Simple. Soy una
bruja y lo he hechizado- Dijo burlándose de Leo.
-Con esos lindos
ojos-Dijo papá para luego besarla, ugh… Debía irme de ahí ¡ya!
-Leo vámonos, y gracias por el permiso- Dije
rápido, jale a Leo y subimos rápidamente hacia mi habitación.
-Hey! Por qué
estamos aquí- Pregunto mi hermano para luego darse cuenta – ¡Ah! Por el beso
¿Verdad?-
-Es más que
obvio tonto- Le dije molestándolo –Sabes que no me gusta que compartan saliva
delante de los pobres- Y eso basto para que me pusiera triste, ¡Genial! Volví a
recordarlo. ¿Tanto me costaba olvidar a Nathan? Mi hermano se dio cuenta de mi
tristeza.
-Otra vez
¿Verdad?- Dijo Leo y yo solo asentí para que luego me diera un abrazo y yo me
pusiera sentimental hasta que salió una lágrima y luego otra y otra.
Lloré en
silencio, no quería que mis padres escucharan mi llanto, no quería preocuparlos.
Después de un tiempo Leo me acomodo en la cama aun abrazándome. ÉL siempre será
mi protector. Yo me quedé dormida
mientras el salió silenciosamente hacia su habitación.
Al día
siguiente:
Como de
costumbre me levanté y me dirigí al baño a darme una ducha, luego de 30 minutos
salí y me puse algo cómodo, no quería salir a ningún lado. Bajé hacia la cocina
y ahí se encontraba la servidumbre y mi mamá.
-Buenos días-
Dije en voz alta para que todos me escucharan.
-Buenos días
hija- Dijo mi mamá con una sonrisa y luego la cocinera junto a su hija. Por cierto
sus nombres eran Esmeralda y Sophia respectivamente.
-Buenos días-
Escuche a mi papá entrando a la cocina para luego acercarse a mi mamá y
besarse.
-Buenos días mi
amor- Le dijo ella, ¡Ag! Esto está muy meloso.
Ya más tarde
decidí meterme a la piscina, Leo había salido y cuando le dije a dónde iba se
puso nervioso, mucho diría yo y sabía perfectamente que se trataba de una
chica, ojalá no le haga lo mismo que me
hizo Nathan porque si no lo mató.
Estaba al borde
de la piscina con los pies en el agua pensando sobre qué iba hacer con todo
esto de la empresa. Ni bien cumpla dieciocho tendré que hacerme cargo pero no
puedo sola. Había llevado un curso sobre administración de empresas en el
colegio, pero no sé si podré manejarlo con solo eso. También me puse a pensar
si me volveré a enamorar después de lo que paso hace 6 meses con Nathan, juré
ese día que nunca abriría mi corazón para que así ya nadie pudiera lastimarlo,
pero ahora pienso que algún día llegará por más que yo no quiera.
Salí de la
piscina y fui a mi habitación, miré por una la ventana que daba hacía el patio
trasero y la vista era muy hermosa, me enamoré del atardecer que presenciaba en
ese momento, luego miré por la ventana que daba hacia la calle para ver si
regresaba Leo ya que pasó 3 horas desde que salió pero vi a los vecinos salir
de la mansión en donde vivían, allí estaba Bill junto a un chico que supuse que
era su hermano, luego vi a Leo llegar pero cuando iba a entrar Bill estuvo
hablando con él. OK, hablaremos de esto después.
Aquí el segundo capítulo, espero les guste y comenten mucho. Bye