domingo, 31 de marzo de 2013

Capítulo 3. Confesiones.

Salí de la piscina y fui a mi habitación, miré por una la ventana que daba hacía el patio trasero y la vista era muy hermosa, me enamoré del atardecer que presenciaba en ese momento, luego miré por la ventana que daba hacia la calle para ver si regresaba Leo ya que pasó 3 horas desde que salió pero vi a los vecinos salir de la mansión en donde vivían, allí estaba Bill junto a un chico que supuse que era su hermano, luego vi a Leo llegar pero cuando iba a entrar Bill estuvo hablando con él. OK, hablaremos de esto después.

Capítulo 3.



Luego escuché la puerta principal cerrarse y luego de unos minutos la puerta de mi habitación sonó, abrí y era Leo tal y como lo supuse.
-¿Qué pasó hermano?- Dije alzando una ceja.
-Hey! ¿Y lo de hermanito?- Dijo ofendido, creo.
-OK, hermanito- Dije agarrando una de sus mejillas y apretándola fuertemente.
-¡Auch! Duele- dijo sacando suavemente mi mano.
-Ay no seas niñita- Le dije en forma de burla, me gusta hacerlo enojar – ¿A qué viniste?-
-A fregarte la noche- y sin más decir entro a mi habitación y tomó asiento en uno de los muebles.
-Hey! Nadie dijo que podías pasar- Le reclamé.
-Ya lo hice- Dijo riéndose y tocando cada cosa que veía.
-Oye no toques nada- Dije a la vez que le quitaba cada cosa que agarraba, es todo un travieso pero es mi hermano. –Qué te parece si mejor me dices que hacías hablando con Bill-
-¿Bill?- Si claro hermanito hazte el que no sabe.
 -Sí, Bill ¡Ay no finjas que no lo conoces!-
-Solo hablé con el vecino ¿Se llama Bill?- OK creo que al chico se le olvidó presentarse.
-Sí, él se llama Bill así que quiero saber qué estuviste hablando con el-
 -Sobre la fiesta del sábado, me preguntó si yo iría y le dije que si.-
-¿Solo eso?- Vaya que gran tema de conversación.
 -Así es, hermanita- Se rió.
-Oye enano, soy mayor que tu-  Le saqué en cara la GRAN diferencia de edad.
-Solo son dos años hermanita.- Joder y sigue llamándome hermanita.

Hoy era sábado y con ella el día de la fiesta, quizás no vaya a las 8 como me dijo Bill. Baje las escaleras aún en pijama –unos pantalones holgados y una polera pegada- para dirigirme a la cocina, tenía demasiada hambre por las mañanas. Como siempre estaba mi madre junto a Esmeralda y Sophia.
-Buenos días mami, señora Esmeralda y Sophia- Les dediqué una sonrisa de Colgate.
-Buenos días hija- Dijo mi mami, era una mujer demasiado linda y demasiado joven para tener dos hijos ya adolescentes.
-¿Qué quieres para desayunar?- Me preguntó la señora Esmeralda muy amable.
-Oh, no lo sé, ¿Waffles?- Dije algo tímida, todavía no me relacionaba con nadie de aquí salvo Bill.
-Oh vamos que no muerdo- sonreí.
-Waffles está bien.- Le dedique una cálida sonrisa y ella también.
-Tu hermano aún no se levanta- Dirigí la mirada hacia mamá.
-Debe estar durmiendo, aún es muy temprano-
 -¿Bromeas?- La miré con una cara de duda. -Son las 11 de la mañana-
-¿¡Qué!?- Y quedé atónita, siempre me levantaba a las 9 de la mañana y el día anterior dormí temprano, más de lo usual. –Ya voy a despertarlo- Y sin más que decir subí las escaleras y me dirigí a su habitación, sin previo aviso entre y pude oírlo decir el nombre de una chica casi balbuceando pero logre oírlo. Digo Sophia… Esperen un momento, ¡Sophia! Bueno la única Sophia que conozco es la hija de Esmeralda. Sophia y yo habíamos cruzado palabras algunas veces, pero no sé si Leo y ella tengan algún acercamiento.
-¡LEO LEVÁNTATE!-  Grité y Leo se cayó de la cama.
-¡Auch!- se sobaba la cabeza. -¿Qué hora es?- Preguntó con voz adormilada aún
-Las 11 de la mañana- Y él volvió a subir a la cama volviéndose a cubrir.
-Aún es muy temprano-
-Levántate que es muy tarde- Pero nada seguía en la cama con las sábanas encima. OK será por las buenas o por las malas.
Fui al baño, agarre un recipiente y lo llené con agua, ya después fui a la cama de Leo y ¡SPLASH!
-¿¡Qué tienes!? ¿¡Estás loca!?- y se paró de inmediato.
-A desayunar- sin más que decir salí de su habitación y bajé a la cocina.
-¿Qué fue eso?- Papá estaba abrazando a mamá por la espalda, muuuuuyyy acaramelados.
-Leo se despertó- Dirigí mi mirada hacia Sophia y ella volteó inmediatamente.
-¿Otra vez con agua?- Asentí.
***
Eran las 6 pm. , dentro de dos horas sería la fiesta en la casa de mis vecinos. Pero pienso ir alrededor de las 9 o 10. Un sonido me saco de mis pensamientos, la puerta.
-¡(Tn)!- Odioso Leo que viene a molestar.
-¿Qué pasó?- Grité mientras me dirigía a la puerta.
-¿A qué hora piensas ir?- Abrí la puerta.
-Alrededor de las 9 ó 10 pm.- Y en ese instante por el pasillo iba pasando Sophia.
-¿Me dejas pasar?- Abrí la puerta y pasamos ambos.
-Bien, supongo que quieres decirme algo en privado sin que NADIE nos escuche- Remarqué bien el “nadie”.
-Es sobre…- y no lo dejé terminar.
-Sophia ¿Verdad?- Y me miró sorprendido. -No me mires así que te escuché decir “Sophia” cuando dormías. Dime ¿Es ella?-
-Si- dijo soltando un suspiró largo. Y fue cuando le tiré un golpe no tan fuerte en la cabeza.
-Y recién tienes el descaro de contármelo-
-Iba a decírtelo, pero aún nos estamos conociendo.- Y volví a pegarle. –Para que duele- Se quejó.
-Pues te mereces eso y más por no haberme contando- Me hice la ofendida. –Pero lo hecho esta hecho ¡No la hagas sufrir!- Y recibí un gran abrazo.
-Gracias, gracias, ¡GRACIAS! – Y luego me soltó –Solo una última cosa-
-Dime-
-¿Ella puede ir con nosotros?- Pensé y era una buena oportunidad para poder conocer a mi “cuñadita” pero me gusta hacer sufrir a Leo.
-¡NO!-
-¡Por favor!- Eso, ruega más hermanito.
-¡Que no!-  
-¡POR FAVOR! Hazlo por este tonto enamorado- Ok ya te hice sufrir mucho.
 -OK. Ya que insistes, pero iremos a las nueve-
-¡Gracias! Eres la mejor hermana – “Y tú, el mejor hermano” pero no quería decírselo.
-Sí, ya lo sabía-
-Tú y tu ego- Y se fue de mi habitación.
Bueno como era las 6 debía alistarme, ya luego tendría tiempo para hablar con Sophia. Demoré como hora y media arreglarme el cabello, tanto así que miré hacia el reloj y eran las ocho y media, sentía la música proveniente de la fiesta. Ya casi a las nueve bajé. Y al pie de las escaleras estaban los tortolitos agarrados de la mano.
-Te ves linda hermanita-
 -Gracias feo- y Sophia se rió bajito
-Hey!- Me dijo y luego se dirigió a Sophia –Y tú no te rías- le dio un piquito.
-¿Nos vamos?-
-Claro- Y yo salí primero seguida por este par de tortolitos.

Caminamos hasta la casa de Bill, y yo toque el timbre, en eso un chico con trenzas nos abrió la puerta, entonces hablé.
-Disculpa, ¿Está Bill?-
-Claro, pasen- Y le hicimos caso al sujeto. Había mucha gente y el volumen de la música estaba a full por lo que debíamos de gritar- ¡Bill!-
Y de la nada apareció Bill.
-Hola (Tn)- Y nos saludamos con un beso en la mejilla.
-Te presento a mi hermano y a mi cuñadita- Vi como Sophia se sonrojó.
-Hola – Dijo con una sonrisa encantadora. –Y este tonto es mi hermano Tom- Señalo al tipo de trenzas.
Después de presentarnos entre todos nosotros y de que Tom le sacara en cara la diferencia de edad, nos sentamos en unos muebles. La mayoría estaba bailando y tomando alcohol. Yo detesto el alcohol así que solo bebía agua y creó que Sophia también. Leo si estaba tomando junto a Tom. Bill había desaparecido hace unos minutos.  Le pregunté a Tom dónde quedaba el baño y me mando a la segunda planta de la casa.
Subí las escaleras y caminé por el pasillo que me dijo Tom, pero veo una luz proveniente de una habitación con la puerta abierta, la curiosidad estaba matándome así que me acerqué un poco y a pesar del ruido que había por toda la casa logré escuchar un llanto, esperen… ¿Un llanto?
Era el llanto de un bebé, así que me acerqué más a la puerta y logró ver a Bill, así que decidí hablar.
-Hola- Y él volteó inmediatamente hacia mí- ¿Es tu hija?
-¿Ella?- Suspiró -¿Cómo llegaste a parar aquí?-
-Quería ir al baño pero la curiosidad me mato al ver la única habitación con la luz prendida-  
-Pasa- Y le hice caso para luego ver a la pequeña.
-¿Puedo?- Le dije para poder cargarla.
-Claro- Y paso a la bebe por mi regazo y yo me senté en un mueble que había en la habitación
-¿Cómo se llama?- Pregunté curiosa.
-Dafne-
-Lindo nombre- Miré a la pequeña y ella a mí.
-Lo sé- Dijo mirando a la bebe con una sonrisa de oreja a oreja.
Esperamos hasta que se quedó dormida y luego la acosté en su cuna.
-(Tn)… -
-Dime- Dije casi susurrando para que la bebe no se despertara.
-¿Podemos hablar en otro lugar?- Dijo tímido.
-Claro ¿Dónde?-
-En el jardín trasero-
-Vamos- Y me tomó la mano y me dirigió hacia el jardín. Aun la fiesta no terminaba y creo que no terminará hasta el amanecer.
Cuando estábamos ya ahí me llevo hasta una banca que había cerca de su piscina.
-Bien, de qué querías que hablemos- Le dije mirándolo con algo de nerviosismo. – ¿Es sobre tu hija?- Hizo una cara de asombro.
-Dafne no es mi hija-
-¿Ah no?- Todo esto estaba empezándome a confundir. –Entonces de quién es-
-De Tom- Suspiró un poco antes de decírmelo.
-¿Y la mamá de Dafne?-
-La abandonó, ella era una modelo con la que Tom se metió-
-Pero Tom está ahí adentro bebiendo como si no tuviera responsabilidad de su hija- estaba empezando a alterarme.
-Cálmate- Lo hice. –Tom hizo esta fiesta porque yo se lo pedí- OK no entiendo nada.
-¿Cómo?-Estaba volviéndome a alterar -Estas diciéndome que esta fiesta no estaba planeada cuando chocamos -
-Solo quería pasar tiempo a solas contigo-
-¿Por qué?- Ojalá no sea lo que estoy pensando.
-Porque quería conocerte, esa vez que chocamos no tuvimos tiempo. Desde que llegaste a la mansión llamaste mi atención- Bill se estaba poniendo muy nervioso y yo igual.
-¿Desde el día que vine a vivir a este país? ¿Acaso estuviste acosándome desde que llegué?- Se rió.
-No, casualmente estaba mirando hacia la nada y el sonido de una camioneta llamo mi atención y luego bajo una bella dama-
-¿Mi mamá?-
-No tontita, tú- Y tocó mi nariz. –Sabes es muy prematuro para decir esto pero-
 Lo interrumpí
-Espera, nosotros apenas nos conocemos.- Vi en sus ojos un brillo especial.
-Lo sé, por eso quiero que nos conozcamos-
-Bill…-
-Por favor…- Se acercó peligrosamente más a mis labios.
-No Bill…- Y me paré de ahí. –No puedo-
-Pero por qué- También se paró. – ¿Alguien te hizo daño?- Solo guardé silencio. –Dime quién fue-
-Prefiero no hablar de él- Agaché la cabeza. –No vale la pena- Y me di vuelta para entrar a la casa.
-Espera- Agarro mi mano e hizo que nuestros labios se juntaran.
Fue un beso que al principio por lo repentino no reaccioné pero luego le correspondí, fue algo que después de tanto tiempo no sentía. Aquellas mariposas en mi estómago volvieron a revolotear de nuevo. Sentía algo por Bill pero no estaba segura si quería volver a enamorarme y menos sufrir.
Nos dejamos de besar y juntamos nuestras narices. Yo miraba hacia el piso y él hizo que lo mirara a los ojos.
-Déjame entrar en tu corazón-
-No lo sé, he sufrido mucho-
-Yo jamás te haré sufrir-
-Prométeme que nunca lo harás-
-Te lo prometo-
Y yo lo besé. Lo besé porque había algo dentro de mí que decía “Debes besarlo” “Debes ser feliz” y si quería ser feliz debía arriesgarme.


Espero les guste y comenten please.
PD: Disculpen la demora.